La historia se remonta a 1928, el año en que el arquitecto Mies Van der Rohe y la diseñadora Lilly Reich, ambos de nacionalidad alemana, son seleccionados para diseñar el que estará llamado a representar Alemania en la Exposición Universal que se celebraría el año próximo.
En junio de 1.986 se inaugura en Barcelona el Pabellón de Alemania. El edificio es una reconstrucción del que fue derribado, tras la celebración de la Exposición Internacional en 1929.
El Pabellón Alemán de Mies Van der Rohe en Barcelona
El edificio forma ya parte destacada de la historia de la arquitectura, como uno de los cuatro o cinco más representativos del Movimiento Moderno. Uno de sus hitos ha sido el de permanecer en el imaginario colectivo como un modelo de arquitectura por el placer de la arquitectura. El Pabellón no tenía más función que encarnar la imagen de Alemania en el mundo, una potencia internacional.
¿Qué tipo de edificio es el Pabellón Alemán de Barcelona?
No es una vivienda, aunque podría serlo perfectamente. También una oficina, o una tienda. Podría ser cualquier cosa, pero sólo es Arquitectura. Nada más y nada menos que eso.
Simboliza la fuerza de la nación y de él emana un ideal de pureza y vanguardia tecnológica que se materializa en cada detalle constructivo. En cada encuentro entre sus acabados, o en la novedosa forma en cruz de sus pilares de acero.

El edificio, de reducido tamaño, responde casi literalmente a los conceptos de continuidad espacial y planta libre que eran el abc del discurso Miesiano, junto con su conocida máxima: «menos es más». Sobretodo, si tenemos en cuenta que la arquitectura que por aquel entonces se desarrollaba en Barcelona estaba más cerca del post-modernismo, con edificios contemporáneos como el edifico del fomento del trabajo, de Adolf Florensa y Josep Goday, de 1931-1396 o como el edificio de viviendas Cese, de Antoni Puig i Gairalt, que data de 1928. En ambos casos, podemos encontrar fuentes de inspiración Neoclasicista y Noucentista.
Aún en nuestra época, y escribo esto en 2020, cuando se quiere vender una imagen de modernidad, se recurre a este precioso monumento como marco para el rodaje de spots televisivos.
¿Cómo es el Pabellón Barcelona?
Y es que la simplicidad de sus formas, unida a la elegancia en la elección de sus materiales, como el acero inoxidable, el vidrio y el ónice, han construido a lo largo de los años la leyenda de este edificio que condensa como ningún otro el gusto del maestro alemán por las vanguardias neoplasticistas. Incluso hay quien ha querido ver reminiscencias de la pasión que sentía Mies por la arquitectura tradicional de Japón.

El edifico fue construido en un tiempo récord, pues debía estar finalizado para la inauguración de la Exposición.
Se eleva sobre un pódium de travertino que forma la base sobre la que se erige el pabellón, al que se accede mediante una escalera tangencial.
Dos láminas de agua, una en la parte delantera y otra en el patio trasero. Un plano apoyado sobre ocho pilares metálicos de sección cruciforme. En el interior, cuatro tipos de mármol: mármol verde de dos tipos, travertino romano y ónice doré del Atlas africano.
Lujo, simplicidad, belleza. El embrión de lo que será la arquitectura moderna todo lo que quedaba de siglo XX.
Derribo y reconstrucción
El edificio fue desmantelado en 1930, pese a las numerosas voces que solicitaban su preservación. Al parecer, se intentó inicialmente reconvertirlo en restaurante, pero tras el fracaso de las negociaciones con un conocido hostelero local, se optó por el desmontaje y la venta de sus componentes. Por ejemplo, la estructura fue vendida a peso aquí mismo.

En los años 50 entra en juego la figura del arquitecto de Barcelona Oriol Bohigas, quien en aquella época ostentaba un cargo público en la administración de la ciudad. Bohigas contacta con Mies para encargarle formalmente la reconstrucción de su edificio. Pese a que el maestro alemán agradece, incluso contestando por escrito a la carta del Catalán, el ofrecimiento, éste no se materializa.
Tras varios intentos, es finalmente un equipo de arquitectos de Barcelona quien se encarga de la reconstrucción, que empieza en 1983.
Los arquitectos Ignasi de Solà-Morales, Cristian Cirici y Fernando Ramos se documentan exhaustivamente para la labor. Lo cierto es que la tarea no fue sencilla: una de las consecuencias del desmantelamiento del edificio, en 1930, fue que la documentación original se extravió. Los documentos a los que pudieron acceder no se parecían con el resultado de la obra acabada. Esto se debió, seguramente, a los innumerables cambios durante la fase de obra.
Los arquitectos de Barcelona I. Solà-Morales, C. Cirici y F. Ramos reconstruyeron en 1986 el Pabellón Barcelona de Mies Van der Rohe. Una joya arquitectónica del S. XX Clic para tuitearLos avatares de esta reconstrucción quedaron recogidos en la publicación «Mies Van der Rohe: El pabellón de Barcelona» (Barcelona: Gustavo Gili, 1993).

El libro detalla el proceso que llevó a los autores al diseño del edificio, con las correcciones que fueron necesarias debido a las diferencias entre el original y el actual, cuya nueva condición de construcción perdurable, unida a los nuevos medios de producción existentes en la década de los 80, dieron lugar a ciertas diferencias entre ambos edificios.
¿Cuáles son las diferencias entre el original y la reconstrucción de 1986?
- Se modificaron los muros, introduciendo seis bajantes en su interior, para facilitar el desagüe de la cubierta. También a nivel de acabados, donde se aprecia cambios de poca entidad, pero apreciables, en los materiales como el travertino, ónice y mármol verde.
- Las cubiertas se resolvieron mediante losa de hormigón en lugar de la estructura original de perfil metálico.
- El forjado sanitario se modificó de bóveda a la catalana a forjado reticular de casetones de hormigón, sobre un nuevo sótano.
- Las calidades de algunos elementos como son los icónicos pilares metálicos se modificó. Ahora son de acero inoxidable, en lugar del acero cromado original.

El pabellón Barcelona a día de hoy
En definitiva, el edificio que podemos visitar hoy día ( se puede consultar su página web aquí ), es algo más que una interpretación de una obra memorable. Se constituye en una perfecta adaptación del mito a la nueva época, convirtiéndose a su vez en un original que ha cambiado el color por el blanco y negro de las imágenes de la Barcelona del primer tercio de siglo.
La escultura, que se ubica en el estanque trasero, es del escultor alemán Georg Kolbe. Mañana (Morgen, en alemán) es una pieza de bronce que reproduce una figura femenina a tamaño real. Es una representación alegórica de la Mañana, en forma de mujer desnuda que se protege de los primeros rayos del sol.
La que podemos ver actualmente es una reproducción del original, realizada en 1986.
