Diseñado en colaboración con José M. Cartañá y Alberto Peñín, el Palau de Congressos, ubicado en la Diagonal de Barcelona, se erige en símbolo del potencial creativo de Barcelona y sus Arquitectura. En 2001, la obra recibió el Premio Nacional de Arquitectura.
El Palacio de Congresos de Cataluña en Barcelona, de Carlos Ferrater, forma parte de un ambicioso proyecto puesto en marcha en 1992 por los propietarios del Hotel Rey Juan Carlos. Hablamos de uno de los complejos hoteleros más destacados en el ámbito internacional.
A diferencia del Hotel, que se eleva en altura buscando las vistas de la ciudad, el Palacio se extiende en diferentes cuerpos, ocupando un gran volumen que se desarrolla en horizontal. El blanco puro de sus muros de hormigón lo diferencian una vez más de los tonos oscuros de su vecino Hotel Juan Carlos, cuya autoría debemos al mismo Carlos Ferrater.
En el hall se inicia el recorrido, continúa en la calle como paso previo para acceder a la gran sala auditorio y prosigue en el foyer. Desde la sala de exposiciones, perfectamente identificable desde el exterior, y con un cuidado tratamiento de la luz, el recorrido desciende a las plantas modulares, donde encontramos los servicios complementarios.
Palacio de Congresos en Barcelona: todo un alarde estructural
Estamos ante un edificio de carácter multidisciplinar. En consecuencia, era necesario disponer de espacios exentos de pilares, de dimensiones muy variadas. A la hora de concebir las grandes losas macizas de hormigón, cubriendo una luz de hasta 26 metros, los arquitectos contaron con la inestimable colaboración de los ingenieros Juan M. Calvo y Lucía López.
Con un canto de hasta 65 cm. y de hormigón pretensado, fue necesario emplear un hormigón poco habitual en las estructuras de edificación, como es el H-45, con una resistencia superior a los 400 kg/cm2.
Además de las losas, hay un par de casos más de elementos singulares:
- El anfiteatro del salón de actos, una estructura con dos forjados, con unas dimensiones en planta de 29 x 15 metros, sin presencia de pilares intermedios. En este caso, se ha utilizado una estructura bidireccional metálica.
- La marquesina de la entrada, elemento de hormigón blanco de gran fuerza visual, sin elementos auxiliares y minimizando el canto al máximo. Se recurrió a una losa de hormigón pretensado en una única dirección, de 25 + 15 cm de canto máximo, que le confiere una considerable esbeltez.
La exquisitez del hormigón blanco
Mediante el empleo de la luz, el hormigón adquiere una cualidad de ingravidez. Estamos entonces, ante la paradoja de una envolvente que en apariencia se ha trabajado como si de una maqueta de cartón-pluma se tratase, empleando un material pesado.
En parte le debemos esta dualidad a la sabia elección de sistemas propios de la ingeniería civil, como son los postensados o la utilización de estructuras contrapesadas. Pero también a la sublimación del hormigón cuya presencia tanto interior como exterior remite a otras arquitecturas conocidas. La fachada que se pliega sobre sí misma y se convierte en doble fachada interior.
El cuidadoso tratamiento del encofrado, el modulado y disposición de las juntas nos recuerdan las obras del gran Tadao Ando. Aunque la dimensión de los espacios, la utilización de la luz como un material más, además de la madera o el latón sulfurado, imprimen una exuberancia al diseño pocas veces vista en edificios similares.
¿Dónde está el Palacio de Congresos de Catalunya?
Algunos números del Palacio de Congresos de Catalunya
- Se trata de un edificio de 36.000 m², con un Auditorio divisible en dos salas para 2.049 espectadores. Cuenta con una sala de banquetes divisible en 4, de 1.200 m².
- El Área Polivalente, con 1.084 m² de superficie, permite disponer desde un espacio diáfano hasta 18 salas independientes.
- La Sala de Exposiciones, denominada también Sala Mágica, ocupa una superficie de 2.050 m². Los paneles de las paredes laterales pueden ser girados y ofrecer así una nueva tonalidad en función de las necesidades del usuario.
- El Salón de Banquetes cuenta con 3.800 m² de superficie. El edificio cuenta con espacios de producción gastronómica con algo más de 2.600 m², capaz de satisfacer las necesidades culinarias de unos 3.000 comensales.
Pero…¿Quién es Carlos Ferrater?
Carlos Ferrater Lambarri nace en Barcelona en 1944. Estudia Arquitectura en la ETSAB, finalizando sus estudios en 1.971 y se doctora por la misma Escuela de Barcelona en 1.987. Ha sido profesor de esta misma escuela, aunque también ha sido profesor visitante de las escuelas de Arquitectura de Granada y de la Universidad de Navarra. Ha dirigido los cursos de Arquitectura de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, en Santander. Director de la Biennal de Arquitectura Española y miembro del comité científico de la I Biennal de Arquitectura Iberoamericana.
Ampliamente galardonado por todo el mundo, ha realizado a lo largo de su carrera numerosas incursiones en el mundo del diseño Industrial. En 2006 funda el estudio de Arquitectura OAB en Barcelona junto a sus hijos, Borja y Lucía Ferrater y Xavier Martí Galí. Es Premio Nacional de Arquitectura en 2009.
Es uno de los arquitectos más destacados de su generación, junto con Esteve Bonell, Óscar Tusquets, Lluis Clotet, Cristian Cirici, Jordi Garcés, Ramón Sanabria, Albert Viaplana, Josep Llinàs, entre otros… Los integrantes de esta generación de arquitectos de Barcelona fueron discípulos de José Antonio Coderch, y sin duda aprendieron mucho de los Bohigas, Correa, Moneo en su etapa en la ETSAB…, arquitectos de una generación anterior.
Sus primeras obras construidas radican en lo que podemos denominar «la modernidad superada«, es decir, una modernidad que continúa pero que es revisada y aclimatada a fondo. Podemos considerar que su primera época tiene el punto de culminación y transición en un par de edificios de viviendas en la calle Bertran de Barcelona, donde además Ferrater instala su estudio en 1.982.
Estas primeras obras evolucionan hacia el bloque de viviendas de el Puerto de l’Estartit, mostrando cómo esta expresión de la arquitectura moderna, con su abstracción, repetición, transparencia y materiales industriales, se concilian con un clasicismo mediterráneo.
La luz del Mediterráneo es muy difícil encontrarla en otros lugares, aunque el clima sea muy parecido. Yo intento reconocerla en mis proyectos, principalmente en los últimos más que en los primeros, en que estaba más atento al lenguaje y al detalle.
Carlos Ferrater
En esta primera época se define ya lo que serán los cuatro pilares esenciales en la obra de Ferrater: la experimentación tecnológica, la tradición de la arquitectura realista y mediterránea, la contextualización urbana, patrimonial y social de toda intervención, y por último, el aflorar del espacio libre y verde, el papel protagonista de la naturaleza en la arquitectura.
La tradición moderna Barcelonesa
La arquitectura de Carlos Ferrater entronca con una cierta tradición moderna barcelonesa, heredera de la técnica simple y concisa de los maestros de obras, y de la apuesta vanguardista del GATPAC, que contaba con José Luis Sert entre sus fundadores, autor de la Fundación Miró en Barcelona. Esa misma tradición moderna reapareció en la posguerra con el grupo R, y en especial con el trabajo apasionado de Coderch.
Ya hemos mencionado aquí la gran influencia que Coderch tuvo en la obra de Ferrater, sobre todo en sus primera fase. Existen abundantes puntos de confluencia entre las obras de ambos arquitectos: los largos muros que escapan del límite del volumen de sus viviendas, la preponderancia de lo horizontal y de los amplios voladizos, los volúmenes quebrados, el uso de elementos de control solar como la persiana mallorquina… Cabe destacar el claro precendente que los muros de ladrillo manual del Club de Golf del Prat de Llobregat, de Coderch y R. Terradas, 1954, supusieron para el trabajo posterior de Ferrater.
Es quizá esta actitud de realismo, su capacidad de entender cuál es la realidad física y social de su medio, el punto más destacado de conexión de ambos arquitectos. En Ferrater convergen dos cualidades muy difíciles de encontrar en cualquier profesional: sus obras gozan de un notable prestigio social sin aparecer ante la opinión pública como extravagantes. Aúna de manera excepcional el favor de la crítica profesional, que valora el nivel intelectual de su trabajo, y el reconocimiento popular.
Construir en blanco con la industria como aliada
El propio Ferrater explica la siguiente anécdota: en 1.979 construye el Edificio de viviendas El Port, en l’Estartit. Cuando Oriol Bohigas lo visita exclamó: «Estás loco? has construido las fachadas de madera». La anécdota explica el inicio de una apasionada y fructífera relación de Ferrater con ese ambiguo «muro blanco» fruto de una elegante confusión entre lo mineral y lo vegetal.
Carlos Ferrater explica el inicio de su relación con los muros blancos que caracterizaron su obra durante décadas…
Hace años vi en Estartit una pequeña tapia que flanqueaba la entrada a una modesta vivienda unifamiliar y presentaba el aspecto de pequeñas fajas blancas horizontales separadas por un llagado profundo. ¿Un entablillado de madera?¿Estrechas fajas de mortero separadas por fosados profundos?¿Piezas cerámicas colocadas en líneas contínuas? La pared se texturizaba y reaccionaba frente a las diferentes luces…
Carlos Ferrater
Este edificio en el puerto de l’Estartit iniciaba una extensa serie de edificios construidos con ladrillos blancos, colocados a sogas, con las llagas rehundidas y las juntas verticales enrasadas. En el Port se trataba de ladrillos mecánicos perforados, pintados de blanco. La Casa del Guix de la Meda, de 1.984 y la Casa del paseo del Molinet, de 1.988 utilizan el mismo sistema, aunque el ladrillo mecánico se sustituye por uno manual, más rugoso, mejorando la adherencia de la pintura, pero encareciendo la obra.
En posteriores obras, el sistema se fue perfeccionando. A partir de los Apartamentos Garbí, también finalizados en 1.988, se sustituye el ladrillo cerámico por una pieza que incorpora el color en la masa. Es aquí donde se inicia una de las más fructíferas relaciones entre un arquitecto y un industrial. Ferrater colabora con la empresa catalana Torho en el diseño de una pieza de mortero blanco maciza de aprox. 40 x 9 x 4 cm.
A partir de 1.993 se produce un cambio de escala y de uso, lo que propició la aparición de nuevas piezas. El IMPIVA y la Escuela de Lloret de Mar, construidos entorno a 1.995 permitieron aplicar el sistema a edificios más complejos. Se redujo el tamaño a uno más convencional, de aprox. 29 x 14 x 5 cm. Esta pieza se realizaba por vibroprensado, sin corte posterior, lo que permitía una contención del coste de producción.
A esta época pertenece también la Casa Triginer. En 1.997 nace la pieza «Ferrater«, creada especialmente para este uso, forma parte de un sistema completo de diseño y construcción de fachadas. Presenta la novedad de ser la primera pieza para ser utilizada sin junta vertical, machiembrando las testas. Se utiliza en trabajos más recientes, como son las viviendas del paseo de la Reina Elisenda de Montcada, en Barcelona, de 2.001, o en las viviendas de Sant Cugat, del mismo período.
El período de nuevos experimentos, a partir de 2.001
A partir de ese año el estudio de Carlos Ferrater se traslada a la calle Balmes, a un edificio diseñado por el propio arquitecto en 2.002. Coincide con la aparición de una nueva generación de arquitectos y con una nueva aproximación teórica a la profesión, con la exploración de nuevas vías de conocimiento y aproximación proyectual de manera colectiva. Es en esta época en que se producen los proyectos de mayor riesgo:
- Paseo Marítimo de Benidorm (2.003)
- Edificio para el Instituto del Jardín Botánico de Barcelona (2.003)
- Parque de las Ciencias en Granada (2.004)
- Edificio de oficinas y sede corporativa de MediaPro (2.005)
- Casa AA (2.006)
Este período, que podríamos denominar como de transición, culmina con la creación en 2.006 de la Office of Architteture of Barcelona (OAB). Aquí, junto a una nueva generación de jóvenes arquitectos, Carlos Ferrater, uno de los profesionales más influyentes de los últimos años continúa su labor, más volcado en la investigación y difusión de su obra, pero formando aún parte muy activa en los numerosos proyectos internacionales que la OAB viene desarrollando.
Fuentes bibliográficas
Carlos Ferrater, Premio Nacional de Arquitectura 2009. Editado por el Ministerio de Fomento de España.
Materialidad Carlos Ferrater. de Joan Sabaté. Editado por Torho S.A.
Más grueso que el papel. Carlos Ferrater, con Alberto Peñín y Mª del Mar Muñoz. Editado por ACTAR, 2.000.
- Palacio de Congresos de Catalunya en Barcelona de Carlos Ferrater - 11 abril, 2021
- La torre Agbar de Jean Nouvel, en Barcelona - 21 febrero, 2021
- ¿Necesito un Arquitecto para mi Proyecto? - 7 febrero, 2021