El pasado 30 de diciembre falleció en Pasadena (California, EEUU), a los 86 años de edad, Syd Mead, diseñador industrial y verdadero artífice de la estética de algunos de los títulos más míticos del cine de Ciencia Ficción desde los años 80 hasta nuestros días.
Mead, diseñador industrial de profesión, inició su carrera trabajando para empresas de automoción como Ford, diseñando vehículos. Pero pronto, su pasión por la ciencia ficción (fue un gran admirador de Isaac Asimov) le llevó hacia el mundo del diseño artístico, destacando en el dibujo, con un estilo muy similar al de Jean Giraud Moebius.
Películas como «Tron», «Alien,», «Star Trek», la saga de George Lucas «La guerra de las galaxias» o más recientemente «Elysium», llevan su impronta en mayor o menor medida.Pero si hay una en que tuvo un papel principal, ésta fue la distopía futurista de estética cyberpunk «Blade Runner», dirigida en 1.982 por Ridley Scott, en la que Mead diseñó ambientes, espacios, vestuario, vehículos, creando un mundo oscuro y denso, que empataba a la perfección con la música que Vangelis compuso para la banda sonora, pero eso lo veremos un poco más tarde…
Blade Runner se convirtió con el tiempo en una película de culto, con muchas interpretaciones y multitud de elementos simbólicos que le han dado esa profundidad difícil de superar, y que la ha encumbrado como una de los grandes filmes de la historia del cine.
Trayectoria de Syd Mead, artista visual
La infancia de Mead fue la de un niño más bien solitario, que halló refugio en el dibujo, y al que su padre, ministro baptista, leía tebeos de Superman y Flash Gordon, antes de que él mismo los pudiera leer.
El pequeño Syd rehuía el contacto de los otros niños, se aburría con ellos por su falta de imaginación. Él prefería recurrir a su mundo interior, en constante ebullición:
No estaba bendecido con belleza o habilidades atléticas, siempre fui algo introvertido, conforme pasó el tiempo y empezaron las comparaciones con mis compañeros, mi mundo interior empezó a ser un verdadero lugar para estar; fabricar visiones exactas de mis mundos era enormemente satisfactorio.
Más adelante, ya como profesional del diseño industrial, su verdadera vocación de «futurista visual», como él mismo gustaba en denominarse, le llevó, del campo de la automoción industrial, al diseño artístico, lo que pronto lo puso en contacto con el mundo del cine.
Pero antes de eso, hizo incluso sus pinitos como diseñador de edificios, trabajando en diseño de interiores en hoteles, modernizando fachadas e incluso ideando la cúpula del pabellón Spaceship en un parque de atracciones de Japón.
En este enlace tenéis una galería con algunas ilustraciones de Syd, donde se puede apreciar su estilo, que recuerda mucho la estética del cómic y anuncia teamas que luego se verán en el trabajo que realizó para Blade Runner.
Los primeros pasos en el cine fueron de la mano del director Robert Wise, diseñando naves espaciales para Star Trek, pero aún su participación no dejaba de ser anecdótica, puesto que gran parte de sus diseños fueron descartados.
Para ese entonces, un joven y prometedor director, Ridley Scott, estaba trabajando en un guión para una especie de western futurista basado en la novela de Philipp K. Dick «¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas?» que estaría llamado a revolucionar el mundo de la ciencia ficción y que pasaría a titularse Blade Runner.
Ridley Scott había pensado en Mead para que le ayudara en el diseño de los vehículos. La película se desarrollaba en un futuro bastante próximo, 2019 (si, el año pasado…). Se trata de un auténtico Noir, como diría José Luis Garci, en que los androides creados por el hombre para ser utilizados como esclavos, el ReplicanteRoy Batti, modelo «Nexus 6», programados para tener una vida cuya duración sería limitada, se rebelan para vivir más tiempo.
No podemos dejar de encontrar analogías con el comportamiento de HAL 9000, el superordenador a bordo de la nave de «2001, una odisea del espacio», obra maestra indiscutible de Stanley Kubrick y del género, que, alcanzando consciencia de su propio yo, se rebela contra sus amos.
Precisamente, y seguramente aquí está el nexo común a todo el imaginario de la Ciencia Ficción posterior, fue la estética de 2001, la belleza de su puesta en escena, de sus escenarios interestelares, la conjunción con la música de Strauss, la que más influenció a cineastas y dibujantes de cómic como Scott, Mead, Moebius, y a futuros creadores de videojuegos, quienes, al llegar al final de la película, volvieron a su casa absolutamente alucinados y haciéndose más preguntas que al entrar en la sala de cine.
Retomando Blade Runner, el detective Rick Deckard (Harrison Ford), un ex-cazador de replicantes retirado, es seleccionado para darles caza. La escena final en que Rutger Hauer improvisó su discurso final: «he visto cosas que vosotros no creeríais…» ha pasado ya a la historia como uno de los momentos más conmovedores del cine moderno.
Pues bien, el bueno de Syd Mead se empleó a fondo a esta tarea y, en un alarde de creatividad, mezclando muchos estilos diferentes, no sólo diseñó los automóviles, sino que los contextualizó, diseñando los espacios exteriores, los edificios que servían de telón de fondo, los personajes, los vestidos, etc. Por lo que los mismos protagonistas explican, no se puede negar que aquellos diseños fueron incorporados en la película casi en su totalidad. Os dejo una galería de imágenes donde hay parte de los dibujos que Mead elaboró con algunas escenas de la película.
Blade Runner y la arquitectura
En toda la película late el concepto de ciudad descomunal, casi como si toda la superficie del planeta estuviera construida. Se retrata una sociedad deshumanizada, con calles sucias, un ambiente asfixiante, contaminado, violento, con el hilo conductor de los neones y los grandes anuncios que recuerdan que, al hallarse la tierra superpoblada, existe una salida en las colonias espaciales que anuncian un futuro esperanzador para aquellos que se lo pueden permitir.
La influencia de «Metrópolis» de Fritz Lang, y de las grandes megápolis como Hong Kong o Nueva York, pasada por el tamiz del cine negro, se dejan ver con fuerza, dotando a la ciudad de una singular omnipresencia, convirtiéndola en un personaje más, donde el barroquismo posmoderno del exterior tiene su continuidad en los ambientes interiores deprimentes, densos y escasamente iluminados.
En contraste, tenemos los grandes espacios de la corporación Tyrell, cuya amplitud y formas inspiradas en las pirámides egipcias, con grandes columnas, recuerdan los palacios desde los que los faraones dirigían el mundo.
El skyline que se muestra en Blade Runner evoca la ciudad infinita, con grandes explosiones y chimeneas industriales arrojando fuego, como en un infierno inhóspito, dominado por las grandes corporaciones que dominan una sociedad multicultural y distribuida por etnias culturales especializadas en una actividad económica.
La casa Ennis de Frank Lloyd Wright
Créditos: Blade Runner
La casa Ennis fue diseñada por Wright para la familia Ennis-Brown en 1924. Con un diseño inspirado en motivos de la cultura Maya, el edificio se compone de más de 25.000 bloques de cemento moldeados con relieves de este estilo -bloques téxtiles les llamaba F.L. Wright– y su relación con el cine vá más allá de la cinta de Scott; también ha sido escenario de otras series o películas como «Twin Peaks», «karate kid», «Black Rain», «House of Haunted Hill» y «The Rocketer».
La vivienda, con más de 500 m2 construidos, está incluida en la lista de los «11 lugares históricos más amenazados» desde 2005, debido a que su particular construcción encarece tanto su mantenimiento que ningún propietario hasta la fecha ha sido capaz de asumirlo convenientemente.
Los Ángeles Times la incluyó en 2008 como una de las diez mejores casas de todos los tiempos.
La casa ha sufrido problemas estructurales a lo largo de su historia. En 1994 se produjo un fuerte terremoto que la dejó muy dañada, pero es que la propia composición de los bloques de hormigón, en que se introdujo granito para colorear las piezas, aceleró su deterioro. Una subvención de la Agencia Federal de emergencias de Los Ángeles en 2006, con una inversión de 6,4 millones de dólares, contribuyó a restaurar la vivienda, que desde entonces permaneció cerrada al público.
Uno de los puntos fuertes de la película es que ha resistido el paso del tiempo como pocas. Han pasado ya casi 4 décadas desde que se estrena, en 1982, y sigue manteniendo la frescura del primer día, es una de esas películas a las que se puede volver una vez al año, porque nunca aburre, te sumerge en su ambiente cargado, envolviéndote en su magistral banda sonora.
No obstante, hay quien asegura que el filme arrastra una maldición. La película, ya en los ochenta, adelanta algo que se convertiría en tradición en las series y películas más recientes, y es que fue un perfecto escaparate para las marcas de moda del momento. Empresas tecnológicas como Atari, de aviación como Pan Am, pero también RCA y Bell Systems, e incluso Coca Cola, que habían sido punteras en su campo, atravesaron por alguna dificultad después de haber aparecido anunciadas en algunas escenas de la película, llegando incluso a desaparecer.
Las predicciones de Blade Runner
Es bien conocido que la mayoría de elementos del futuro que la película aventuraba no han llegado a materializarse, como los coches voladores, vehículos capaces de volar como un avión y planear en vertical como un helicóptero, o las colonias humanas en el espacio exterior, pero si que hay algunos aciertos en cuanto a la tecnología que habría en ese futuro. En la película se puede ver al protagonista dando órdenes a un ordenador y haciendo videollamadas. Hoy, ya superado 2019, esas dos cosas son ya una realidad.
También se anticipaba una multiculturalidad social, con fuerte presencia asiática, y algo de eso tenemos cada vez más. No así en aspectos como la estética, ya que si bien las gabardinas son atemporales, la estética punk y las hombreras omnipresentes, y damos las gracias, son ya cosa del pasado.
También es curioso que 2019, el año en que se sitúa la película, ha sido en que dos de sus protagonistas nos han dejado, como ha sido Rutger Hauer que, como decía antes, encarnó al cabecilla de los replicantes (verdadero protagonista de la trama, junto con el detective interpretado por Ford) y el ya mencionado Syd Mead a quien ya conocemos, lo que ha dado origen a este artículo, que espero os haya interesado leer, al menos tanto como a mi escribirlo.
Arquitecto entusiasta de las nuevas tecnologías, con más de 20 años de experiencia en Proyecto y Dirección de obra: obra nueva en edificación residencial, vivienda colectiva y unifamiliar, retail, sanitario-asistencial, y reforma.
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