¿Qué ha sido del Rotring?

El rotring, para los que estudiaron Arquitectura (no sólo arquitectos, también ingenieros, delineantes…) en la década de los 90, fue la herramienta por antonomasia, el aliado perfecto, hasta que la informática y el CAD lo desplazaron definitivamente, lo borraron del mapa literalmente. De la misma manera en que las cámaras de fotos digitales acabaron con la fotografía analógica o los Compact Disc supusieron el final de las cintas cassette… aunque más tarde, el propio disco digital haya corrido la misma suerte de manos del streaming y los archivos mp3.

Corre el 1919 en Alemania y se funda la Bauhaus, lo que estimula la integración del mundo artístico y el profesional, a la vez que se fomenta la aparición de nuevos medios técnicos. La primera estilográfica que surge, en 1928, y que podemos atribuir a Rotring es producto de la inventiva de Wilhelm Riepe, ingeniero alemán y fabricante de instrumentos médicos, quien en 1920 había visitado Estados Unidos y se había familiarizado con el sistema.

Se trataba de un instrumento de precisión que, a diferencia de las plumas convencionales, trazaba una línea de grosor constante, gracias a su ingenioso mecanismo interno. Estas plumas dibujaban líneas perfectas con una precisión y limpieza que enseguida las convirtieron en la herramienta imprescindible en los tableros de dibujo de arquitectos e ingenieros.

Las Tintenkuli, pues así se llamaban, constaban de un alambre o «pelo» dentro del cilindro por donde discurría la tinta que era lo que hacía constante el suministro, y al mismo tiempo, su punta perfectamente redonda permitía trazar líneas con un grosor concreto muy definido.

Esta característica las diferenciaba de las otras plumas que reaccionaban a la presión, creando un trazo de ancho cambiante, otorgando a la escritura un mayor carácter, y colocando a las Tintenkuli como estilográficas preferidas para el dibujo técnico.

Estos primeros modelos sentaron las bases de lo que después, a partir de la década de los 40, se perfecciona con diferentes grosores, con la pluma Rapidograph, el mayor éxito de la compañía, que a partir de los años 60 comienza a llamarse ya Rotring, nombre que quiere decir anillo rojo en alemán, ya que este anillo de ese color fue el signo característico en el diseño de las plumas desde el principio.

La marca, a lo largo de los años, trabaja en diferentes productos como portaminas, rotuladores y bolígrafos. Pero es la pluma técnica Rotring la que marca un antes y un después. Ocurre con él que, aún existiendo otras marcas como Staedtler, Parker, todo el mundo se refería a este instrumento como Rotring, aún en los casos en que se trataba de alguna de estas otras marcas. Se dice: ¡pásame mi rotring Staedtler!

En 1998 la firma pasó a manos de la estadounidense Newell Rubbermaid, holding de empresas que cotiza en la bolsa de Nueva York y que agrupa a muchas otras compañías. Entre otras, las plumas Waterman, Parker y los bolígrafos Papermate.

Rotring tiene una web donde se puede consultar la actividad del Instituto Rotring, creado en 2014 como una herramienta de formación para la comunidad del diseño.

Hoy por hoy, el uso del rotring ha quedado reducido quizá a la enseñanza, aunque aún es posible comprar estuches de rotring con varios espesores de punta, un portaminas, una goma de borrar… exactamente como en los tiempos en que era regalo de reyes obligado para todos los que, como yo, nos gastábamos más en fotocopias, encuadernaciones, instrumentos de dibujo, calculadoras científicas, paralex… que en la propia matrícula del curso.

Espero que os haya interesado la reseña nostálgica. Si ha sido así, os agradeceré si dejáis vuestros comentarios.