El pasado 5 de febrero de 2020 falleció Kirk Douglas, tras 103 años de una intensa vida dedicada casi exclusivamente al cine. Quedan para la historia del séptimo arte sus interpretaciones en Espartaco, El loco del pelo rojo, Senderos de Gloria… Recibió un Óscar honorífico en 1996 en reconocimiento de su prolífica carrera como actor y productor.
Kirk Douglas: el último inmortal de Hollywood
Issur Danielovitch Demsky, pues ése era su nombre real, era hijo de campesinos judíos procedentes de la antigua Rusia. Trabajó desde niño repartiendo periódicos y vendiendo refrescos en la calle. Hacia mediados del siglo 20 era ya un actor consagrado. En 1959 produjo y protagonizó la enorme Espartaco, dirigida por Stanley Kubrick, que fue ganadora de 4 premios Óscar.
El idealista Douglas se enfrentó a los partidarios de las lista negra de Hollywood, al conseguir que el nombre de Dalton Trumbo, guionista de la película, saliera en los títulos de crédito. Trumbo se había visto obligado a escribir bajo diferentes seudónimos después de haber sido víctima de la caza de brujas contra el comunismo emprendida por el senador McCarthy, y que condenó a muchos de los mejores escritores y guionistas de la época al exilio.
Tenemos, pues, a un hombre íntegro, cuyo amor por el cine le lleva a crear su propia productora, acometiendo en 1960 un melodrama para el que contaría con la dirección de Richard Quine, director de cine, guionista, actor, productor y compositor, en la que seguramente sería su obra maestra: Un extraño en mi vida (Strangers when we meet).
La película, un melodrama sobre el imposible amor del
arquitecto de éxito
Larry Coe, casado y con dos hijos, por la también infeliz
Maggie, una espectacular
Kim Novak, perfecta en su papel de mujer misteriosa y con un pasado algo oscuro.
Estamos ante una obra maestra indiscutible del género, donde el tema tabú del adulterio se aborda desde una óptica nada complaciente, casi con una visión amarga de la vida.
En paralelo a la historia principal del film, que es la infidelidad de los personajes hacia sus respectivas parejas, materializada en una aventura extramatrimonial, aparece casi como un personaje más de la película
la casa que el protagonista está construyendo para un cliente.
La
vivienda surge como una metáfora de la relación que los personajes están construyendo, y cuyas obras de construcción duran lo que su propia relación.
La casa-refugio de los amantes
Es una casa ideal y libre y que, según los propios amantes, representa la posibilidad de una vida juntos, una situación prohibida, imposible, y que se desvanecerá a la vez que se acaba la obra. Los protagonistas vuelven a sus vidas aburridas y renuncian a su ideal de ruptura, de libertad y de vivir su amor imposible.
La casa forma parte ya de la historia de la conjunción cine-arquitectura, donde hay otros ejemplos, no menos notorios, como la casa
Ennis-Brown, construida en 1924 por
Frank Lloyd Wright, que fue escenario de lujo en
Blade Runner, la cinta inmortal de
Ridley Scott.
Junto con
El manantial (
The fountainhead, 1949) y
El vientre del arquitecto (
The belly of an architect, 1987), con
Howark Roark (
Gary Cooper) y
Kracklite (
Brian Dennehy), es probablemente la película donde más clarament se sitúa al arquitecto como ejemplo de idealismo y compromiso con su
profesión, pero también de actitud ante la propia vida.
Seguramente, Douglas quiso proyectar algo de su propia personalidad inconformista en la película, al protagonizarla él mismo. Recordemos que, en su faceta de empresario, desafió a los grandes estudios de Hollywood, triunfando con su propia productora.
La vivienda se construyó en Bel Air,
Los Ángeles,
California, como un decorado real para la filmación de la película, y en los años noventa fue remodelada por la Arquitecta
Leslie Armstrong.
Descanse en paz
Kirk Douglas, probablemente el último gran icono de la época dorada de Hollywood
Arquitecto entusiasta de las nuevas tecnologías, con más de 20 años de experiencia en Proyecto y Dirección de obra: obra nueva en edificación residencial, vivienda colectiva y unifamiliar, retail, sanitario-asistencial, y reforma.
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