El pasado 6 de Noviembre leíamos que Zaha Hadid está construyendo una casa en las afueras de Moscú para la super modelo Naomi Campbell. La vivienda, 2650 metros cuadrados de sinuosas ( y lujosas) curvas, ha sido bautizada como “Capital Hill”
Será una vivienda que según su autora se fusiona con la ladera y cuyas formas provienen de la topografía natural del terreno, y contará con una torre de 20 metros de altura, que alojará el dormitorio principal.
Asimismo, dispondrá de baños turcos, baños rusos y una estancia transformable en sala de baile… Puedes ver la noticia completa aquí.
A mi me parece que una nave espacial tripulada por extraterrestres hubiera aterrizado en medio del bosque, no acabamos de apreciar la sutileza de la “fusión”, sin duda por carencias perceptivas asociadas a nuestra falta de adhesión a las corrientes últimas.
Lo que sí me ha despertado es el interés por recordar otros casos en que una buena relación Arquitecto-cliente ha dado sus frutos en forma de edificios notables ( y no me refiero a cierto Arquitecto paisano pródigo en apariciones televisivas que está haciendo el agosto construyendo las viviendas de lujo de los futbolistas de moda).
La historia de la Arquitectura cuenta con casos paradigmáticos que unas veces ha dado mejor resultado y otras no tan bueno.
Hagamos un recorrido…
Antoni Gaudí i Eusebi Güell
Gaudí y Güell se conocieron en el Taller Puntí, lugar que frecuentaba el primero para permanecer cerca de los artesanos ( esta costumbre parece ser que le venía de los tiempos en que observaba a su padre en el taller en que éste confeccionaba alambiques).
Eusebi Güell era hijo de un prominente impulsor de la industria catalana y hombre de negocios y parece ser que heredó de su padre el impulso de emprender.
Estando de viaje en París descubrió una vitrina confeccionada por Gaudí para el pabellón de España para la Exposición Universal de París.
Prendado por la calidad de la pieza, se decidió a buscar a su autor al volver a Barcelona.
Este encuentro dio inicio a una relación realmente fructífera, en que el Arquitecto, sabedor de que necesitaba de un mecenas que financiara sus ideas, no pudo encontrar mejor aliado, ya que Güell era un apasionado de las artes.
Este encuentro dio inicio a una relación realmente fructífera, en que el Arquitecto, sabedor de que necesitaba de un mecenas que financiara sus ideas, no pudo encontrar mejor aliado, ya que Güell era un apasionado de las artes.
Realizó ocho encargos a Gaudí durante su relación ( que concluyó sólo con la muerte de Güell):
- Muebles para el Palacio del Marqués de Comillas
- El pabellón de caza en Garraf
- La finca Güell
– El Palacio Güell - La tumba para la familia Güell en Montserrat
- Las bodegas del Garraf
- La Colonia Güell
- El Park Güell
Sin duda, la más singular de las Obras sería el Parque Güell, declarada monumento de carácter universal por la UNESCO en 1984.
Frank Lloyd Wright y Edgar Kauffman
En 1935, el propietario de unos importantes almacenes en Pittsburgh encargó a un Frank Lloyd Wright ya de edad avanzada la construcción de una vivienda que pasaría a la historia del arte y la Arquitectura Moderna como uno de los referentes icónicos del siglo XX: la Fallingwater o casa de la cascada.
La casa se construyó entre 1936 y 1939 sobre una cascada del río Bear Run, en el condado de Fayette del estado de Pensilvania. Hoy en día es monumento nacional en Estados Unidos y funciona como museo y pertenece al Western Pennsylvania Conservancy.
Una de las virtudes de la casa es la integración con el entorno: Wright encargó un estudio topográfico de la zona que él mismo concretó añadiendo información del diámetro de los árboles y sus especies.
Según testimonios, tras meses sin trabajar en el proyecto, y ante la inminente visita de Kauffman, Wright dibujó en apenas dos horas un encaje general de la vivienda sobre la cascada, y no enfrente de ella, como sugería su cliente.
Lo que Wright contestó a éste, ante su extrañeza, queda ya para la historia: «quiero que viváis con la cascada, no sólo que la contempléis. Que sea parte de vuestras vidas»
Se sabe que Kaufmann, durante la construcción de la casa, y desconfiando de los cálculos estructurales del arquitecto, incrementó área de acero en los voladizos de hormigón, provocando la ira del divo. Incluso con este aditivo, los voladizos presentarán flechas de hasta 20 cms. en un futuro.
Anécdotas aparte, la casa de la cascada es considerada como la casa más famosa de la historia de la Arquitectura.
Richard Neutra y Edgar Kauffman
Once años más tarde del encargo a Wright, el mismo Kauffman, demostrando su buen olfato, contacta a Richard Neutra, Arquitecto vienés, alumno de Adolf Loos y amigo de juventud de Rudolf Schindler.
Para Kauffman, Neutra construyó en Palm Springs ( California) una casa de 300 m2, que costó 348.000 $.
La Arquitectura de planos horizontales de superfície brillante de la casa ( conocida como casa Kauffman del desierto) contrasta con el paisaje árido del desierto californiano, y se desarrolla en espacios abiertos delimitados por planos diáfanos, no siempre materiales. Las cubiertas parecen flotar sobre los planos de vidrio.
Aquí os dejo un enlace de wikiarquitectura donde podéis ampliar información ( planos, croquis, fotografías…)
Podríamos decir que la historia de la Arquitectura es la historia de los caprichos de sus impulsores o mecenas, y que pocos en la historia demostraron tan buen gusto como el Sr. Kauffman.
La casa del desierto es, todavía hoy, uno de los ejemplos de Estilo Internacional más imitados.
Mies Van der Rohe y Edith Farnsworth
La historia de la Dra. Farnsworth y el inefable padre del less is more es probablemente la más recordada del anecdotario arquitectónico, ya que a la relación cliente-profesional se le atribuyó un componente romántico, que acabó en los tribunales.
La eminente nefróloga encargó a Mies una residencia de fin de semana en una parcela de su propiedad de un bosque junto al río Fox, unos 90 km. al oeste de Chicago.
Las premisas del encargo fueron de lo más alentador para el Arquitecto: la Dra. quería una vivienda para evadirse de su vida diaria, en que fuera fácil desarrollar su afición a la poesía y a la música. Le pidió que la proyectara como si fuera para él mismo, y que su intención era que se convirtiera en una obra de Arquitectura notable.
Y claro, pasó lo que tenía que pasar. Mies aplicó todas las teorías que había estado desarrollando y que ya conocemos: 8 pilares de acero liberan completamente una planta en que los espacios abiertos se encadenan y en que el exterior es omnipresente. En definitiva, es la versión residencial del pabellón para la exposición de Barcelona.
La imagen de modernidad que, todavía hoy ( fue construida en 1945), destilan sus aristas perfectamente aplomadas y pintadas de blanco, y sus grandes superícies acristaladas, no tiene parangón en la historia.
Los problemas comenzaron con el fin de los trabajos de construcción: el presupuesto se disparó, lo que, sumado a que no se cumplieron las expectativas de la Sra. Farnsworth, desencadenó en jucicio, que Mies ganó, pero le causó mucho daño a su imagen pública, acusado de purista y de no tener en cuenta a sus clientes.
La Doctora vivió unos años en la casa, pero la acabó vendiendo porque, según decía ( y seguramente tendría razón), la casa era inhabitable: no tenía divisorias, ni intimidad, hacía frío en invierno, insufrible calor en verano, goteras constantes,…. actualmente se encuentra abierta al público, tras su adquisición por un grupo conservacionista.
Es el precio que hay que pagar por ser el propietario de una casa que es más un tratado de Arquitectura moderna que un confortable refugio… qué opináis?
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